Doomsday: El día del juicio
La raza humana tiene fecha de caducidad. Estamos en el 2008, pero poco importa el año cuando una pandemia sin precedentes amenaza con erradicar al hombre del planeta. Para muchos habitantes del Reino Unido, epicentro del brote, el final ya está demasiado cerca como para pensar en el tiempo.
Pocos días después de que un virus haga su aparición, con úlceras, hemorragias incontrolables y posterior licuefacción de los órganos internos, millones de personas ya están infectadas en Escocia, foco del virus. El gobierno no tiene más remedio que declarar esa parte del país como "zona caliente" e imponer una cuarentena con la esperanza de contener el fatal avance. Se levantan controles en todas las carreteras, ríos y estaciones de tren para que nadie entre o salga de Escocia, sellándola mediante una versión moderna de la Muralla de Adriano y armas accionadas por control remoto. Aislada del resto del mundo, Escocia pasa a ser tierra de nadie, olvidada por todos, donde el virus tiene rienda suelta para aniquilar a la población que se ha quedado.
Veinticinco años después, cuando se detecta un nuevo foco del virus en un Londres superpoblado, queda patente que los grandes planes del gobierno no han servido de nada.