A Kevin Smith siempre le ha gustado jugar con la paciencia de sus compatriotas estadounidenses y poner a prueba su capacidad para ruborizarse. Esta vez algunos podrían pensar que ha llevado las cosas demasiado lejos, haciendo una película sobre un par de amigos que deciden producir un porno casero para solucionar la casi total ruina en la que se encuentran. Lo cierto es que se equivocan.
Zack and Miri make a porno nos acerca a la vida de los amigos de toda la vida Zack (Seth Rogen) y Miri (Elizabeth Banks, una de las grandes revelaciones de este año). Ambos comparten piso en su Pittsburg natal y una absoluta incapacidad por gestionarse económicamente. Cuando les cortan el agua y la luz y están a punto de perder su apartamento por no pagar el alquiler, se embarcan en la producción de una película porno para hacer dinero rápido. Las cosas no acaban de ir como pensaban cuando ambos tienen que hacer el amor en la película y se dan cuenta de que tal vez no es sólo amistad todo lo que sienten el uno por el otro.
Pese al título, que en Estados Unidos ha traído mucha cola y no poca desaprobación, podríamos definir Zack and Miri como una comedia romántica, pero absolutamente singular en su género y de las que están bien escritas.
Es imposible no reír a carcajada limpia con los diálogos afilados y gamberros de Smith, pero a la vez es imposible no emocionarse con la historia de amor que el director expone de una manera sincera y natural.
No me consta que Zack and Miri tenga todavía fecha de estreno en España, pero estaremos pendientes. Por el momento sólo os aconsejo que cuando vayáis a verla os fijéis en el actor porno gay con un novio con problemas para salir del armario, interpretado por el chico de los anuncios de mac Justin Long. Su secuencia con Seth Rogen es simplemente muy, muy divertida.